Barichara, uno de los pueblos más tradicionales de Santander, intenta por todos los medios no quedarse sin agua potable ante el desperdicio de la misma y el verano que ya "hace de las suyas" en el oriente colombiano.
La represa El Común, a pesar de encontrarse en funcionamiento, no tiene de dónde sacar agua. La fuerte sequía azota el país y la poca presencia de lluvia en la región son las causales de que el municipio no cuente con fuentes hídricas de gran caudal que suministren líquido a todos sus habitantes.
El alcalde de esta población, Iván López, dijo que se prepara un decreto para evitar el derroche de agua porque en años anteriores el municipio tuvo que soportar racionamientos de hasta de 16 horas al día.
A pesar de estos proyecto, los habitantes de Barichara se han visto obligados a acostumbrarse al horario del suministro del agua, puesto que aún presenta fallas en el abastecimiento. Algunos expresan que ya se dedicaron a ahorrarla y que la única salida que ven es saber controlar de la mejor manera el recurso. Lo dramático del caso es que Barichara, siendo un pueblo turístico con tanta acogida, no tenga los recursos suficientes para construir una represa que les suministre el líquido vital.
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